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Arrival (2016)

Arrival

Non-zero Zone Game

Publicado: 2017-02-23

El primer obstáculo que tiene la nueva entrega de Denis Villeneuve son sus enigmas remarcados con énfasis. 

Arrival es como esa estructura alienígena que nos muestra: misteriosa, infranqueable, hay que aprender su lenguaje con ritmo calmo. Es un reto de ingenio que por ratos termina fatigando; sin embargo, Villeneuve sí aporta sentidos frescos a la ciencia ficción desde la contemplación.

Y es que los mejores pasajes de Arrival son aquellos en los que nos incorporamos al transcurrir del tiempo con paciencia, donde los momentos minúsculos e inapreciables van esculpiendo la tensión. Ejemplo de esto son las secuencias en que los personajes de Amy Adams y Jeremy Renner tienen contacto con los hetptópodos dentro de esa caja rectangular, rugosa y oscura que es la nave alienígena. Se imponen los silencios y se filma el miedo, a través de gestos temerosos cercanos a la cámara o mediante la composición de un encuadre que resguarda a nuestros exploradores contra el fondo borroso y transparente, único canal de aprendizaje y comprensión.

Al observar con detenimiento la dialéctica temporal que se nos plantea, no cabe duda de que el rompecabezas encaja, quizás a fuerza de repeticiones, pero mezcladas con una vocación que registra lo cotidiano con ternura. Destaca la escena en la que la Dr. Louise Banks (Amy Adams, que indiscutiblemente adelanta al resto del elenco) recibe la duda de su hija, para luego regresarnos al momento presente en que Louise sigue discutiendo con los militares sobre la interpretación que ella da al lenguaje de los aliens; y finalmente, reubicarnos mediante un impulso verbal en la escena con la hija en la que Louise recuerda la respuesta a la pregunta: non-zero zone game.

Otro momento notable, la inmersión del equipo de reconocimiento en la nave extraterrestre, aquí Villeneuve maneja algo de humor y lo conjuga con el miedo inicial que cultiva aquello que no es ajeno; algo que será explotado con eficacia en el momento de la embestida que genera una explosión. Acierto total.

La resolución del conflicto es anti-climática, va moderando los picos que se fueron construyendo al momento de iniciar la llamada telefónica decisiva. Movimiento arriesgado para tratarse del relato de una situación de corte catastrófico. Desde aquí cuestionamos en parte esa decisión, pero no se puede negar que es narrada con elegancia.

Su epílogo: un ensayo visual sobre los vínculos efímeros, fresco sensorial sobre la unidad del tiempo y su percepción. ¿Conciliador? No, o no tanto como algunos quieren creer.

¿Arrival se sostiene? Sí, no hay forma de tumbársela, pero puede que la crítica válida hacia el film sea que está remarcándose todo el tiempo como una obra preocupada por ser necesariamente valiosa, que no puede pasar desapercibida, como si temiera no ser tomada en serio.

Villeneuve, sí sabes hacerlo, ya te conocemos, solo fluye.


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