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"Su nombre es Fujimori" de Fernando Vílchez

Publicado: 2016-06-01

Su nombres es Fujimori no es estrictamente un documental informativo; tampoco, uno netamente poético. Toma las herramientas que necesita de cada uno de esos registros y se pone al servicio de la denuncia.

Lo que resulta imperativo en esta película es encarar el presente del fujimorismo, tratar de hacer un ejercicio de memoria que para algunos sigue siendo costoso. Las protestas de nuestros días, el “Keiko No Va”, dialogan con los movimientos civiles de los años noventa en contra de la dictadura de Alberto Fujimori; así se nos muestra que el escenario no es tan diferente al de hace veinticinco años. Donde se veía un Montesinos, ahí hay un Joaquín Ramírez o un José Chlimper dispuestos a tomar el mismo lugar maquiavélico, avalados nada más y nada menos por Keiko Fujimori todo el tiempo que sea sostenible y conveniente.

Pero no es solamente la denuncia lo que da valor al film de Vílchez, porque también propone hablar de emociones, de una sensación colectiva y de una savia revitalizada que rechaza la vuelta a un Estado corrupto.

Dos momentos resultan interesantes. 

El primero es el recuento de las aberraciones encomendadas a Martin Rivas, mediante un montaje de material de archivo, que revive la creación y accionar del grupo Colina. Cantuta y Barrios Altos son presentados con aspereza visual, con una imagen deteriorada y siempre en blanco y negro. Los hechos de Jr. Huanta Nº 840 (Barrios Altos) se reconstruyen con el registro calmo y la textura derruida de la casona, mientras una voz narra la masacre, dejándose acompañar por un coro celestial de fondo. No es Herzog con sus reflexiones metafísicas, pero tampoco la parodia burlona de Michael Moore. Asistimos al relato seco de una voz indignada.

El segundo momento digno de mención muestra un grupo de jóvenes preparándose para marchar con un motivo específico, visibilizar las esterilizaciones forzadas de aproximadamente tres mil mujeres durante el segundo gobierno de Alberto Fujimori (que burdamente fue denominado por la gestión del Dr. Aguinaga como “Programa de salud reproductiva”). El interés particular de esta escena radica en el audio que escuchamos en simultáneo: testimonios de mujeres, cuyos derechos fueron atropellados brutalmente por el gobierno, ignoradas, y quizás por eso nunca las vemos en el presente, porque para la dictadura solo fueron cuerpos, que no sentían dolor ni emoción alguna, y que han desaparecido, por fortuna su sufrimiento es ahora comprendido por lxs jóvenes (en su mayoría mujeres) que vemos marchando en imágenes.

No se tratará de una obra maestra, ni de un film formidable, es más bien tosco, por lo que su mejor arma es definitivamente la del diálogo, establecer nexos y puentes entre nuestro pasado y presente, a puertas de unas elecciones que parecen inclinarse a favor del fujimorismo. Esperemos que logre lo que se propone. 

LINK DE LA PELÍCULA: https://vimeo.com/168694171


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